lunes, 25 de octubre de 2010

ADIOS

Con mi nueva actividad profesional se acaba mi ciclo entrenando, entre otros, a opositores. Ha sido una experiencia positiva, haciendo balance, porque esta actividad ha conseguido estimularme lo suficiente como para intentar mejorar constantemente, aunque también es cierto que el contexto en el que me ha tocado trabajar no ha favorecido el desarrollo de algunas cuestionas que creo hubieran sido muy positivas para todos. De todas formas, esto es perfectamente normal en el mundo laboral y no es culpa de nadie; simplemente no se dieron algunas circunstancias.

Una cuestión muy interesante se refiere a las reflexiones que he tenido por tener que enfrentarme a algunos problemas muy concretos y que me van a ser muy útiles en el futuro, incluso teniendo en cuenta que mi nueva carrera no tiene, aparentemente, mucha relación con mi experiencia profesional en este campo. Nunca sabe uno hasta dónde le puede ser útil todo lo que se puede aprender o experimentar en la vida.

Con el cierre de este blog, doy por finalizado un ciclo. Espero que las reflexiones y pensamientos que he volcado le hayan sido de alguna utilidad a todos los que cayeron por aquí.

SUERTE a todos aquellos que esteis preparando alguna oposición. Quien la sigue, la consigue.

martes, 10 de agosto de 2010

Recuperación entre pruebas

Después de un largo parón sin escribir en la bitácora por diversos motivos, se me ha ocurrido comentar este aspecto hoy al haber dedicado toda la mañana a realizar todos los tests de la oposición antes de dar unas breves vacaciones hasta septiembre.

La cuestión más complicada es que nunca se sabe a priori qué va a pasar durante unas oposiciones. Al final, entre retrasos, contratiempos y otras visicitudes, lo que podría rematarse en un par de horas, puede llegar a prolongarse durante casi todo un día (cuando no se emplaza directamente a otra jornada). No es esto lo que nos ha pasado hoy a nosotros ya que, la programación de las actividades y el conocimiento de las normas y de los quehaceres deportivos, nos permiten no caer en los errores propios de los que están adheridos a estas actividades por imperativo político.

Un aspecto muy importante es la hidratación. Es recomendable llevar una botella grande (2 L.) de bebida ligeramente glucosada (3-4 cucharada pequeñas) con unas gotas de limón natural y un poco de sal (una pizca). Ésta es la mejor bebida ergogénica que existe ¡y la más económica! La pauta de hidratación más adecuada (si ya se está correctamente hidratado antes de la oposición) sería el beber a pequeños tragos, sin encharcarse y evitando llegar a la sensación de sed. Si fuese un día especialmente caluroso y húmedo, podría ser necesaria más cantidad de líquido pero sólo si la jornada se prolonga hasta la tarde.

Respecto de la comida, las barritas energéticas son una muy buena solución si pasan muchas horas (> 3 h) desde la última ingesta (p.e. desayuno). Evitad las que sean excesivamente dulces. Las basadas en compuestos de cereales son las más apropiadas. Si la jornada se alargase demasiado, como sucedió recientemente en una oposición a bombero de una ciudad cercana, sería interesante llevarse por si acaso una fiambrera con arroz o pasta con algo de huevo o atún para la hora de la comida. De esta forma, evitaríamos una caída muy brusca del rendimiento por falta de energía en las últimas pruebas de la jornada.

jueves, 24 de junio de 2010

Opositar trabajando

Aunque no estemos precisamente en una época en que este perfil de opositor sea el predominante, sí es cierto que son muchos los opositores que compaginan una vida laboral con la preparación de una oposición. Aunque es más complicado a priori lograr los objetivos en esta coyuntura, si se siguen algunas pautas, no es tan difícil como pudiera parecer.

Un problema a controlar muy común se refiere a los horarios. En este sentido, sugiero mantener una rutina que favorezca la asimilación del entrenamiento. Los cambios continuos de horario, tanto laborales como en el entrenamiento, dificultan la asimilación por el organismo de las cargas de trabajo. Así, es preferible incluso entrenar menos pero rutinariamente, que cambiar las horas habituales de ejercitación para poder entrenar un poco más.

Otro aspecto clave es la secuenciación racional de objetivos. No se puede esperar un ritmo de mejora similar al de otro opositor que sólo esté exclusivamente preparándose para la oposición. Así, recomiendo plantearse unos objetivos mínimos en un periodo de tiempo razonable para calibrar las verdaderas posibilidades individuales. De esta forma, asesorados por un profesional, podreis incluso valorar la posibilidad de, en un momento determinado, dejar la vida profesional para centraros en la oposición si fuere el caso. Eso sí, este tipo de decisiones no excluyen la posibilidad de que las expectativas de éxito se puedan frustrar, por lo que es necesario que se afronte la decisión asumiendo racionalmente todas sus consecuencias.

En todo caso, con un mínimo de condiciones y de entrenamiento adquirido, no es tan complicado, con un entrenamiento adecuado a las necesidades individuales, poder lograr los objetivos sin tener que renunciar a trabajar o/y estudiar otros oficios.

martes, 25 de mayo de 2010

¿Sirven para algo los test?

Obviamente sí, aunque con matizaciones. Un test puede servir, en general, para medir una cualidad que puede ser específica o general desde el punto de vista de los objetivos del opositor y de los requerimientos de la plaza a la que se presenta. En este sentido, los tests específicos son los más útiles ya que aportan la mejor información para ubicar los progresos del opositor hacia las exigencias de las pruebas físicas requeridas. Por otro lado, los tests generales nos suelen dar una idea del nivel adquirido en aquellas capacidades que sustentan el rendimiento más específico. En todo caso, ambos tipos de tests son complementarios en cuanto que el diagnóstico será más preciso si sabemos exactamente por qué se ha producido la mejora o el empeoramiento, según corresponda.

Un aspecto controvertido de los tests se refiere a su valor real para programar los entrenamientos. Es muy común el emplear los valores obtenidos en las pruebas de fuerza, por ejemplo, para diseñar las cargas de trabajo. Así, en general, se suele prescribir el entrenamiento a partir del % dado de una carga máxima medida o estimada. El error de este enfoque está en la gran variabilidad que el rendimiento puede presentar día a día por la influencia de muy diversos factores. Así, es bastante común que el rendimiento en un test varíe enormemente en sólo una semana (cuando no en unos pocos días) sin haber entrenado específicamente. Por lo tanto, si se ha diseñado la carga a partir del rendimiento en un día determinado, es fácil que unos días el opositor entrene por debajo o por encima de lo deseado sólo por las fluctuaciones naturales en esa capacidad a lo largo del tiempo.

La solución a este problema está en conocer los factores que influyen en estas fluctuaciones, además de tener claras las capacidades a desarrollar según la carga de trabajo programada. De este modo, el entrenador podrá tomar decisiones en el día a día para adecuar la carga de entrenamiento al estado real del opositor, favoreciendo así una adaptación apropiada del organismo según sus potencialidades y limitaciones.

Por lo tanto, desde esta perspectiva, está claro que el valor real de los tests para programar las cargas de trabajo es más bien escaso y su empleo tendrá una finalidad más relacionada al control de las adaptaciones biológicas y al desarrollo de la capacidad agonística de los opositores.