domingo, 14 de junio de 2009

¿Puesta en forma?

Ya comentamos previamente lo difícil que es programar el entrenamiento en el caso de los opositores al no conocerse, con la antelación suficiente, el periodo en el que se llevarán a cabo las pruebas de acceso. En este sentido, no es fácil tomar decisiones en un grupo heterogéneo en cuanto al nivel, experiencia deportiva e historial de entrenamiento específico para la oposición. Dentro de esta problemática, un punto importante, tanto desde la perspectiva del rendimiento como desde el aspecto psicológico, se refiere al número de veces a lo largo del tiempo que es necesario poner en forma al opositor. La delicadeza de este asunto es grande en cuanto que:

1) No todos los opositores responden igual a los mismos estímulos, ya sea por su perfil adaptativo o por su historial de entrenamiento.

2) Los objetivos individuales reclaman una atención selectiva en cada caso que, si no se atiende convenientemente, limita el potencial adaptativo de los opositores. Esto se ve claramente en aquellos casos en los que, por mucho que entrenen para mejorar una prueba determinada, su limitado máximo potencial hace inútiles todos los esfuerzos en la búsqueda de un nivel superior inalcanzable.

En este sentido, dentro de la metodología, se hace necesario plantear continuamente objetivos razonables en diferentes capacidades a corto plazo para garantizar la motivación. Adicionalmente, esta estrategia favorece por sí misma no alejarse demasiado de la forma deseada, lo que sugiere un mantenimiento de la forma en una meseta a lo largo del año. Deberá señalarse que los objetivos parciales han de individualizarse siempre al igual que la magnitud (que no la orientación) de la carga de entrenamiento para alcanzar ese objetivo.