jueves, 12 de junio de 2008

Viene el verano

El verano es sinónimo de vacaciones y, en el régimen de un opositor, es muy tentador dejar de lado los libros y el entrenamiento durante una temporada; más tentador cuanto más tiempo lleve.

Uno de los problemas de esto es que los que caen en la tentación de cortar por lo sano, corren el riesgo de tirar por la borda mucho trabajo. Lee el post sobre los parones.

Tiene el lado bueno, si está bien merecido, de cargar las pilas y darle un descanso al cuerpo que también necesita de periodos para regenerarse y desintoxicarse, pero una cosa es cumplir los objetivos y descansar, y otra muy distinta irse a descansar sin cumplir los objetivos.

Un detalle muy curioso es que se da la paradoja de que en verano, por las condiciones climáticas, los entrenamientos pueden tener mucha más calidad que en invierno, pero al final siempre se acaba entrenando poco y la mayor parte del trabajo se suele acumular en invierno. Es como la estructuración de los microciclos, que se supeditan a factores estrictamente culturales sin tener en cuenta los factores biológicos.

Pero un opositor es ante todo un ser humano y no una máquina...