jueves, 28 de mayo de 2009

Entrenadores y Estafadores

Hoy por la tarde estuve hablando con un colega de profesión en el parque mientras él entrenaba y yo esperaba a otro grupo después de un entrenamiento.

Hablamos de varias cosas, pero hubo una que me llamó especialmente la atención porque coincidió con un tema que ya escuché muchas veces y que es muy común en este mundillo. Me refiero a la conclusión a la que llegan muchos opositores que, después de probar una temporada más o menos larga (estoy hablando de años) entrenando muy duro, llegan a la conclusión de que si han fracasado es por culpa de ellos que no son aptos para el rendimiento exigido o que no son suficientemente buenos o fuertes para aguantar los entrenamientos tan duros...

Nada más lejos de la realidad, mi experiencia me dice que suele ser al revés: están en manos de un pseudo-profesional, un caradura que escudándose en su artificioso prestigio como entrenador en un deporte determinado plantea unos entrenamientos nada apropiados para un opositor que, o acaba lesionado, o acaba abandonando por verse incapaz de lograr su objetivo.

El origen de este problema está en unas cuantas cuestiones:

Muchos de estos entrenadores utilizan la filosofía del deporte soviético en el que sobrevivían los más fuertes. Si aguantas, es que eres un portento de la naturaleza, incluso a pesar del entrenamiento tan malo que estás realizando. El que no aguante...

Los pseudo-entrenadores acaban inculcando un complejo de inferioridad en sus clientes (nunca alumnos), que implica creer que si no se mejora es porque no se tiene la calidad suficiente. Nada más lejos de la realidad, la ausencia de calidad es del entrenador que no logra los objetivos de forma individualizada. ¿Acaso pensaríais que si vais al oculista y os quedais ciegos por aplicaros un colirio que os ha recetado, la culpa es vuestra porque vuestros ojos no estaban preparados? Si recibo a un opositor, al poco tiempo de entrenarlo puedo asesorarle sobre las posibilidades reales que tiene sin necesidad de chuparle todo el dinero que pueda hasta que se lesione o abandone. La ética profesional no es muy común por lo que he visto hasta ahora.

3º Según lo que he percibido en estos años, existe un perfil de opositor que es masoquista o que busca un perfil sádico de entrenador, aunque suene a cachondeo. Es gente que prefiere que le trates a patadas e insultos y les apliques mucha carga de entrenamiento porque sólo así tendrá la sensación de aprovechar el tiempo. También apuntaré que este tipo es muy común en personas de bajo nivel cultural.

Entiendo que la solución a este problema pasa por una regulación profesional de este campo en el que se habilite a la gente que realmente puede acreditar un mínimo de conocimientos para poder asesorar y entrenar de una forma saludable y racional a quien lo demande. En este sentido, aconsejo recurrir a Licenciados en CC. de la A.F. y el Deporte ya que sólo estos titulados universitarios tienen la formación lo suficientemente amplia como para dar una solución integral al entrenamiento de un opositor.