viernes, 7 de diciembre de 2007

Velocidad

La velocidad es la capacidad, según se deduce de la fórmula v=e/t, de desplazarse una distancia en un tiempo determinado. Desde un punto de vista deportivo y de oposiciones, nos referimos a las pruebas de más corta duración que, por lo elevado de la intensidad, se dan en llamar pruebas de velocidad, en contraposición a las de fondo.

El caso más típico en una oposición son los 100 m.l., aunque en algunas ocasiones piden distancias inferiores (50 o 60 m.l.) o superiores (200 m.l.). La capacidad de un sujeto de ser rápido está muy marcado desde el punto de vista genético. Aunque depende de muchos más factores, uno de los más importantes es el poseer un porcentaje elevado en el músculo de fibras de contracción rápida, lo que no quiere decir que por tener más fibras de contracción rápida se sea más veloz. Este es el motivo por el que, tras un trabajo de fuerza bien hecho se mejora en las pruebas de velocidad, porque aunque no aumentemos el número de fibras rápidas, sí lo hacemos con su tamaño.

Una de las claves del éxito en una prueba como el 100 m.l. está en el superar exitosamente cada una de las fases en las que se puede diseccionar: salida-aceleración-velocidad máxima-resistencia a la velocidad. A muchos les habrá sorprendido esto, pero en una prueba como el 100 m.l. ¡también hay resistencia!

Pero no todas las partes valen lo mismo. Por ejemplo, la salida es una parte muy pequeña que no decide nada y que, incluso, buscando hacerla más explosiva, se pueden hipotecar fases posteriores más importantes. Sin duda alguna la que más diferencia a los buenos de los malos es la velocidad máxima, que además está muy directamente relacionada con la de aceleración y la de la resistencia, lo que obliga a entrenarla considerando estas otras fases en conjunto.

Para que lo entendais, voy a poner dos ejemplos extremos con fines didácticos. El que sale muy rápido y acelera también muy rápido, va a alcanzar una velocidad máxima inferior y, además, va a estár más tiempo perdiendo velocidad, pues le quedan más metros de resistencia hasta la meta. El caso contrario es el del opositor que prolonga tanto la aceleración que puede alcanzar una velocidad máxima mayor y estará, por lo tanto, menos tiempo en la fase de resistencia. Éste último hará, sin duda, mejor tiempo. Pero, ¡ojo! esto que acabo de decir afecta al cómo preparar la carrera, entrenando más las fases que nos interesan y no al hecho de que, en todos los casos, se ha de correr siempre al máximo desde el disparo de salida.
De la velocidad en natación o en el circuito de agilidad hablaremos otros días...